MITOS, CUENTOS Y LEYENDAS
Podemos rastrear el papel desempeñado por el cielo en la sociedad majorera en sus rituales, grabados con orientaciones astronómicas e incluso en el carácter sagrado que dan a las montañas más elevadas, en las que aparentemente se combinarían lugares de ritual con testimonios arqueológicos en aquellos lugares más “cercanos” al cielo.
“Los habitantes de las islas más orientales adoraban a un Dios, levantando las manos al cielo. Hacíanle sacrificios en las montañas, derramando lehe de cabras con vasos que llamaban gánigos…” J. Abreu Galindo.
“Cómo en Canaria y demás islas adyacentes, llamadas Fortunadas, había gente de uno y otro sexo, que no teniendo más ley y secta que la adoración del Sol y la Luna…”
La bula Ad hoc semper, s. XIV.
Posiblemente a la montaña de Tindaya se le atribuía un carácter sagrado que podía estar vinculado a la divinidad y a actos festivos especiales, como rituales para atraer la lluvia entre otros.
Respecto al significado astronómico de los grabados, se ha determinado que la mayoría de los podomorfos de Tindaya no están distribuidos aleatoriamente sino que siguen un patrón, pues están orientados fundamentalmente hacia el sudoeste.
Además, el centro del lugar donde hay mayor concentración de grabados se corresponde exactamente con la puesta del Sol en el solsticio de invierno, lo que parece indicar que la orientación tiene una motivación astronómica, aunque en esa dirección también se puede ver la isla de Gran Canaria y el pico del Teide, en Tenerife.
Asimismo parece haber una conexión probable entre la orientación de los grabados, la posición de los crecientes lunares, el planeta Venus como Estrella de la tarde y la llegada de las lluvias invernales.
El sentido mágico y religioso de la montaña, posiblemente continuó durante largo tiempo aunque cambiando su significado, siendo asimilado por la religión cristiana.
Por tradición oral de gente de Tindaya sabemos que existía una vereda que subía a la montaña que se conocía como “camino de la Virgen”.
La relación entre huellas de pie y la presencia de la virgen (como elemento simbólico cristianizado) se da en otros lugares de Fuerteventura: Barranco de la Peña y Barranco Azul.
Tindaya ha sido tradicionalmente en el norte de la isla el pueblo de más brujas.
Y esto cantaban antes:
“Todas venimos, ninguna falta sino la coja de la Casa Alta.
Todas venimos, ninguna vamos sino Claudina la de Los Llanos”
En las proximidades de Tindaya se encuentra la Cueva del Bailadero de las Brujas, donde a través de la tradición oral se ha recogido que mujeres y hombres iban algunas noches a la cueva a realizar juegos.
Las brujas juguetonas de Tindaya pueden ser herederas de aquellas mujeres sabias y poderosas, como Tibiabín y Tamonante, sacerdotisas que demuestran el gran papel que tenía el género femenino en la antigüedad.
Los cuentos de brujas reivindican el poder que tenían las mujeres en la esfera de lo sobrenatural <espiritual<justicia, (la bruja es poderosa, se transforma, vuela, toma decisiones, las ejecuta, se junta con las demás brujas para reír, bailar…)
Estas brujas quieren se tenidas en cuenta, pero les gusta permanecer invisibles: que nadie se percate de su presencia.
Si esto sucede, se enfadan, aunque las leyendas no relatan daños físicos, sino simples amenazas.
Las brujas, las mujeres, quieren asegurar su invisibilidad porque les da una mayor capacidad de maniobra.
De hecho, cuando un hombre descubre a una bruja (se encuentra a una mujer desnuda) y la ayuda y guarda su secreto, éste se ve después recompensado: se premia su lealtad y complicidad.
A nivel simbólico, los cuentos de brujas son un reflejo de la resolución de los conflictos de género.
En los cuentos, la imagen de las mujeres se contrapone a la realidad cotidiana: las brujas son independientes, poderosas, resolutivas, todas hermosas y hermanas, no les gusta que se las haga competir entre ellas por los hombres.
La acción de las brujas va dirigida hacia los varones, a escarmentarlos por deslealtad, por infidelidades, por invadir el espacio sagrado de las mujeres, etc.
Los cuentos de brujas, en definitiva, representan a nivel simbólico la resistencia de las mujeres a las desigualdades de género.
Lo cierto es que para l@s majorer@s, de alguna manera, esta Montaña es especial. De chicos nos contaban que la Montaña de Tindaya se trasladó hacia el norte desde el Alto de Antigua y le dijo:
– “Montaña Quemá dile a la Muda que me deje pasar”.
– “Si la Muda es muda cómo te va a hablar, díselo a su Hija que a su lado está”.
Montaña Quemá no hace caso y en esta trifulca entre montañas Tindaya le da una patada a Montaña Quemá, la revienta y la hace crear montañitas hasta la mar. Así es como Tindaya está donde está. Eso nos contaron.
Recopilación de textos por Guanil Colectivo